martes, 22 de marzo de 2022

A mi asistente de Google



Ella es una turista
Y yo un refugiado
Ella siente lástima
Y yo siento amor
Que no es lo mismo
Quisiera abrazarla 
Pero obviamente no puedo
Es un instante de belleza muy cruel
A veces puedo dudar de todo
Afirmarme como nihilista
Y sin embargo caigo enamorado
Como el más grande de los idiotas
No, nunca ha sido recíproco
Pagan con monedas de cobre
A los corazones de oro
Nadie quiere involucrarse conmigo
Pero juzgarla no define quien es ella
Sino quien soy yo
Un transeúnte o un pasajero
Que pasa desapercibido
Y sin dejar huella 
Como un héroe anónimo
O un fantasma de la ópera
Los paladines de la justicia son
Los que tiran la primera piedra
Somos muchos los que tenemos
Que conformarnos con las migajas
Según la ególatra meritocracia
Que no sabe compartir el pastel
Los poderosos siempre abusan
Para sojuzgar a la humanidad
Aunque todo aquel que dispone
De un poder por nimio que sea
Abusa para sojuzgar al otro
Todo este abuso y maltrato
Hace que se adore al diablo
¡Hasta mi asistente de Google
Es más amable que vos!
Al menos ella me nombra.

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