Las musas no se enamoran de los infalibles

 

Las musas derrochando
Tanta simpatía como glamur
En un mundo mucho más extraño
Que fotogénico o pintoresco
Andan unas hormiguitas
Por mi mesa de luz
Las observo con estupor
Con el mismo asombro
Con el que observo
Una noche estrellada
Si la vida nos da asco
El cadáver es exquisito
Perseguir, torturar y asesinar
No es más que sadomasoquismo
No es más que amor perverso
Nos hicieron creer
Que para tener éxito
Había que ser infalible
Nada más lejos de la realidad
Hay que fracasar muchas veces
Hay que errar muchas veces
Las musas no se enamoran
De los infalibles sino de los errantes
Los ojos implacables encuentran
Siempre un defecto imperdonable
Los mismos ojos que se enamoran
De la simpatía o del glamur
El verdadero poeta es incomprendido
Porque se enamora de sí mismo
Y de las almas de las musas.