lunes, 23 de enero de 2017

La razón que diferencia al hombre del resto de los animales


La epopeya de ser poeta
Ella no quiso ser
Mi heroína buena
Optó por el vicio
Mi virtud le resultó aburrida
La gente me odia
Por sinrazones obvias
Siempre sobresaliendo
La supremacía del buen tipo
Los pobres diablos ridiculizados
Ante mi sola presencia
Tal vez por eso me evitan
No pueden ni verme
Tal vez por eso soy
El gran ausente en las fiestas
Mi primer suegra
Me llamaba el fantasma
Porque no pasaba a su casa
Me quedaba franeleando en el zaguán
Pero quién no hizo eso?
Esa rubiecita que me abandonó
Por el más inteligente de su clase
De su clase social (debió aclarar)
Yo en aquel tiempo trabajaba de mecánico de día
Y estudiaba de noche
Mi padrastro era muy severo
Nunca me aceptó como hijo
Hasta hoy día sigue negándome
Aunque en el fondo
Muy en el fondo
Me quiera a su manera
La bebida le ablandaba un poco
El corazón de piedra
Madre hablando trivialidades
Una abuela que me hacía los gustos
Mi hermano cansado de todo
Especialmente de mí
Siempre con el ceño fruncido
Hablamos cuando él así lo dispone
Cuando tiene algo que contar
Yo soy una radio descompuesta para él
Que ni siquiera se digna a escuchar
Mi hermana vive la vida loca
Dudo que me considere su hermano
Todo esto en mi cabeza nuclear
Mientras mi rostro se fríe 
Como una reacción alérgica 
Montevideo fue solo el detonante
Que me hizo estallar de locura
Dotándome de un alma de poeta
Dotada de una razón exquisita
Que me diferencia del resto de los mortales.

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