Los jinetes del Apocalipsis

 

Abandonado a mi suerte
Y sin darme explicación
Pero es un secreto a voces
Que las gentes se fastidian
Con quienes las hacen pensar
El sistema no teme al famélico
Sino al pobre que sabe pensar
No corresponde el enojo
Sino el entendimiento
La mala calaña no se elige
Como no se elige la estupidez
Las cualidades personales 
Son también mandatos sociales
Las decepciones más grandes
Que sufre un hombre son
Por sus propias opiniones
La felicidad puede ser
Difícil de obtener
Los obstáculos no son
Principalmente financieros
Hay que estar más allá
Del sexo y del dinero
Hay que estar más allá
Del odio de la guerra

Del delirio galopante
Somos nosotros mismos
Los jinetes del apocalipsis.

El problema de estar en los detalles

Vivimos en una época belicosa
En la que los tontos son escuchados
Y los inteligentes son ignorados
La estupidez siempre busca justificarse
Porque carece de autocrítica
El problema de estar en los detalles
Es que nunca se da abasto
Las críticas no suelen ir
Dirigidas a la obra de arte
Sino al artista en cuestión
Nadie en su sano juicio
Está a favor de la guerra
Pero cuando alguien habla
De moral o ética
Todos se cagan de risa
He conocido a muchas mujeres
Ninguna con buenas intenciones
En el mundo de las apariencias
Reina el dinero, la fama y el glamur
No pertenezco a la flor y nata
Me gusta poco y nada
El cine de Hollywood
No me parezco en nada

Ni quiero parecerme a Tom Cruise
Me resultan más interesantes
Las historias de los perdedores
Quizás no sea un gran amante
Quizás no sea un gran poeta
Quizás no valga la pena
El hombre nunca jamás
Debe avergonzarse por reconocer
Que se ha equivocado
Puesto que hacerlo corresponde
A decir que hoy sabe más
De lo que sabía ayer.

A un mero número circense

 

Oh qué hermoso día
Para pasear del brazo
De una hermosa dama
Pero no me fue dado
El hermoso día
Ni la hermosa dama
Sino la noche
Y la soledad
Oh qué consuelo
Oh qué privilegio
Saber apreciar el arte
El poeta no se declara loco
E impresentable
Para que lo ridiculicen
O para inspirar pena u odio
Hacia su persona sino
Para que los normales
Se pregunten entre ellos
Y a sí mismos por qué
Nos sentimos tocados
Por las palabras del poeta
Todos tenemos algo de locos
E impresentables
Solemos creernos
Algo que no somos
Solemos creernos
Una historia que no es real
Las creencias apócrifas son
Parte de la tragedia humana
Negamos la poesía porque

Negamos lo realmente bello

Nada es más hermoso que la verdad

Ninguna mentira es más piadosa 

Ni más elocuente que ella

Deberíamos admitir
Que no nos gustan
Las cosas tal como son
O como nos han sido dadas
El hombre culpa a la mujer
La mujer culpa al hombre
Y ambos son cómplices
Si todo vale en el sexo 

Si todo vale en la guerra 

El milagro queda reducido

A un mero número circense.

Trofeo

 

Ella solía asomarse al ventanal

Nunca osó asomarse a mi alma
Oh vanidad de vanidades
¿Por qué temerle a la nada?
Dicen que no existe quien
No es amado por ella
Pero por más amado
Y por más leído
Y por más viajado
Que sea un hombre
No podrá evitar
La nada y el olvido
La quiero conmigo
Pero no quise competir
Ella no es un trofeo

Nunca la dejé de querer

Pero no quise molestar
El hombre que mendiga amor
Es el más miserable
De todos los mendigos
No, no es que el loco
Haya perdido la razón
Sino que lo ha perdido todo
Excepto la razón del alma.