viernes, 10 de abril de 2020

A otro poeta mártir



El torturador abnegado
Dedicado acecha
Del otro lado de la pared
La gente puede creer que deliro
Esa es precisamente
La excusa para torturarme
El poeta es un mártir
Nuestro martirio es necesario
Es el precio de nuestro genio
En permanente lucha
Con la resignación
Debería prohibirse
Cualquier forma de prostitución
Y legalizarse el pensamiento
Debería prohibirse
Cualquier forma de violencia
El último recurso del incompetente
Mucho más que la clase social
Se envidia la clase personal
Mi querida madre me aconseja
Que me cambiaría la vida
Si me hiciera Testigo de Jehová
Le digo que estoy orgulloso
De ser quien soy
Aunque no me quieran ni los perros
Los perros que desenterrarán
Mis huesos que sembré en el desierto
Como un tesoro perdido
La sociedad me rechazó de plano
Los perros rabiosos
Aunque sea por olfato
Se harán un festín conmigo
La sociedad me abandonó
A mi suerte que no es mucha
Sino una estrella en el infinito
Nadie extrañará su brillo
La meritocracia no es ni más ni menos
Que ese emblema que reza:
¡Sálvese quien pueda!
¡Ni la ética del guerrero es tan cruel!


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