La espada de Bernardo

 

A quien un libro

Le resulta escandaloso
La guerra le parece bella
La fantasía del perverso
No es cagar en las cloacas
Sino cagarse en las flores
No se puede culpar al diablo
Porque un santurrón haya aceptado
Hacer negocios con él
Siempre ha sido así
El inocente siempre se siente
Atraído por el taimado
Pero devolver un saludo
No es lo mismo que saludar
¿Dónde termina la discriminacíón natural
Y comienza la artificial?
No me creo Napoleón
Ni Alejandro Magno
Sino la espada de Bernardo.