martes, 7 de enero de 2025

A mi querida madre torera



Acabo de llamar 

A una línea gratuita 

Para pedir ayuda psicológica 

Ni siquiera tengo dinero 

Para pagarme un psicólogo 

Pero todo orden jerárquico 

Es una gran tontería

La relación médico-paciente

Arruina una conversación 

Tanto como la arruina 

El fanatismo religioso 

Después de discutir otra vez

Con mi querida madre torera

Y con la psicóloga de turno

Llegué a la terrible conclusión 

De que me quedaban 

Nada más que tres opciones 

A cual peor que las otras 

La puerta o la ventana 

O quedarme tirado en la cama 

Me hallo preso de mí mismo 

Como un delirio persecutorio 

Hablar con un buen amigo 

De igual a igual

Suele ser mucho más reparador 

Que hacerlo con un profesional

Gracias por el aguante les doy

A todos mis seres queridos 

Y pido sinceras disculpas

Por mis malos modales.

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