La leña de los árboles caídos

Lloramos de pena
Por nuestra chacrita 
Y por nuestras musas
Y olvidamos el mundo 
El impresionante mundo 
El mundo que ignoramos 
Los corazones metálicos 
Los mares impetuosos
La brisa que acaricia
Y que atiza el fuego de la leña

De los árboles caídos
Estamos hechos de naturaleza 
Tan extraña como entrañable 
Los desangelados 
Los desolados 
No hacen gracia
A los afortunados 
Los niños exploradores 
A prueba de todo
Excepto a la miseria 
Oh pequeños burgueses 
Odian su propio origen humilde 
Deberíamos dejar de buscar 
Chivos expiatorios 
Y dioses que justifiquen
Nuestra propia ignorancia 
Nuestra propia estulticia.