No creo en amuletos
Ni en talismanes
Aunque debería
Después de todo
La ciencia es otra superstición
La energía negativa
La envidia le come a uno
Nadie es digno de ella
La cinta negra prevaleció
Sobre la cinta roja
De una obsoleta máquina
Que escribe el sueño eterno
Ese que se sueña con el corazón
Y que se olvida como un nombre
Y sin embargo transcurre plácido
Y espantoso porque todos
Nos sentimos vivos
Y realmente lúcidos
Mientras soñamos
Nada es imposible
Solo hay que estar
En el lugar exacto
Y a la hora señalada
Ni siquiera hace falta hablar
Evidentemente uno es un desgraciado
Que siempre estuvo en el lugar
Y en el momento equivocado.
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