sábado, 12 de noviembre de 2016

Panacea universal


Nadie quiere escuchar
Nadie quiere leer
Mi poesía quejumbrosa
Las gentes me detestan
Creen que soy soberbio
No están muy equivocados
Pero yo no hablo sólo de mí
Hablo de todos
Aunque a veces hablo de más
No se fían de esta lengua viperina
No se fían de este dragoncito vende humo
Que se arrastra y creen que vuela
Por una nube de flatulencias
Materia orgánica en descomposición
Que fertiliza nuestro suelo como el Nilo
Soy una sustancia buena al fin de cuentas
La gran solución al gran problema existencial
La panacea universal…
Capaz de curar hasta la esquizofrenia mundial
La soledad es un precio justo quizás
Los soberbios no se soportan entre ellos
Las quejas no se escuchan entre ellas
Nadie quiere escucharnos
Nadie quiere leernos
Creen que somos soberbios
Y no están muy equivocados
Pero no hablamos sólo de nos
Hablamos de todos
Aunque a veces de más
Hablo de nuestros lectores
Hablo de los que nunca nos leerán.

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