Lloriqueando
En la necrópolis
En vano doy gritos
Nadie puede escucharme
Me enterraron muerto vivo
Y oigo voces ¿o alucino?
La dulce voz de una doncella
La vida es muy dulce
Para quien ha muerto
No podemos vernos
Pero nos pensamos
Nuestro amor sublime
Nunca morirá como mueren
Los simples mortales
Es una de las ventajas
De los seres de la nada
De los seres fantásticos
Nuestra historia es una leyenda
No tiene principio ni fin
Por ende no es del todo real
Dirán que ella lo era todo para mí
Dirán que yo estaba muerto para ella
Lo cual es una media verdad
Lo cual es una doble mentira
Dicen que las musas son parte
Del rollo del poeta romántico
El hecho es que nos quisimos mucho
Pero de otra manera más sutil quizás
Efectivamente se trata de un amor
platónico
No porque sea un imposible sino
En el sentido que se considera
La belleza del alma
Harto más valiosa
Que la del cuerpo.
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