lunes, 24 de agosto de 2020

La mirada de la observadora




Me desgracié otra vez
No llego ni al baño
Perdido por perdido
La espada o la pared
No me decido aún
No es vergonzoso
Sucumbir al dolor
Sino bajo el placer
¿Las circunstancias
Por qué son adversas?
Por un capricho del destino
La vida es así de antojadiza
Tómala o déjala hermano
La poesía me justifica
Las horas felices
Pasaron volando
Las horas muertas
Eternizan el tedio
Nadie hace algo
Que no pueda hacer
Hacemos aquello
De lo cual somos capaces
Y el caer no ha de quitar
La gloria de haber subido
Me puedes humillar
Torturarme o darme muerte
Pero mi alma sobrevendrá
Como un fantasma para vengarme
El resentimiento de un adicto
Es solo es un síntoma más
De una sociedad enferma
El poeta dice la verdad
Pero no es más que un mendigo
Hablando solo en un cuarto oscuro
Como un loco que el mundo ignora
La verdad del poeta no vale nada
Ante el poder del dinero
De los farsantes a quienes
Las mujeres les chupan la pija
Los que creen que merecen el cielo
O todo el oro del mundo
Porque están creídos
Que los demás merecen el infierno
Si rendimos culto al glamour
Nunca habrá lugar
Para el amor de la amistad
Hermoso u horrible
Depende del ángulo
De la mirada de la observadora
Hay miradas que solo ven tu peor perfil
Hay miradas que solo ven tu mejor perfil
Pero hay miradas que ven lo intangible
Miradas que gustan de las almas.

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